¿Por
qué nos sentimos incómodos ante un minusválido? ¿Por qué, ante una persona en
silla de ruedas, actuamos como si nos molestara? ¿Por qué nos cuesta ponernos
en su lugar? ¿Por qué no hacemos por facilitarles la vida? ¿Por qué nos creemos
superiores?
Aeropuerto,
zona de embarque, fila de asientos con un símbolo de una silla de ruedas.
Cualquiera es capaz de interpretar, sin demasiado esfuerzo, que estos asientos
están reservados para personas con movilidad reducida, como las llaman ahora.
Cualquiera menos ese joven demasiado musculado que está espatarrado en el
asiento de la izquierda según se mira.
Mismo
día, otra ciudad, otro aeropuerto, otros asientos reservados, otras personas
—mujeres, ahora—, misma situación, aunque sin espatarramiento.
Gran
ciudad, acera del centro, grupo de personas numeroso de cháchara taponando el
paso, persona en silla de ruedas que se acerca. Cualquiera es capaz de ver que
va a ser imposible que pase si nadie se mueve. Nadie se mueve.
Otro
día, misma ciudad, acera parecida aunque en bajada, otro grupo de personas
menos numeroso —solo tres—, misma situación. Una se mueve lo justito para dejar
el paso justito… y se le oye chillar: ¡Cuidado! ¡Casi me das en la pierna!
Otro
día, escenario similar pero de subida, paso de peatones con bordillo rebajado
entre los dos bolardos existentes, pareja de jóvenes de frente. Si no se
desvían ellas hacia un lado o no se para la persona en silla de ruedas, se van
a chocar. Se para la persona en silla de ruedas.
Otro
día, calle similar, mucha gente —demasiada—, circulación peatonal ralentizada,
persona por detrás con prisa, adelantamiento imprudente, golpe en los pies de
la persona en silla de ruedas.
Y
así un día tras otro y el siguiente también.
Empiezo
a creer que los minusválidos son invisibles, no porque no se dejen ver, sino
porque no queremos verlos. Nadie quiere pensar que pueda llegar a ocurrirle a
él, o a alguien cercano, eso de tener que vivir en una silla de ruedas. Eso les
pasa a otros. Es posible, pero a veces pasa… más cerca. Y es entonces cuando
nos damos cuenta de lo que eso supone. Mientras tanto, deberíamos procurar ser
conscientes de lo que implica estar en una silla de ruedas y tratar de
facilitarles un poco la vida, ¿no crees?