¿Por
qué la forma de celebrar la fiesta nacional en España es con un desfile militar?
¿Por qué lo militar tiene que acaparar el protagonismo ese día? ¿Por qué esa
manía de identificar lo militar con lo nacional? ¿Por qué no celebrarla con
festejos de otro tipo? ¿Por qué no optar por desmilitarizarla?
La
Fiesta Nacional de España —así con mayúsculas por todas partes— se celebra el
12 de octubre. No lo digo yo, lo dice la legislación. Sí, has leído bien: ¡la
fiesta nacional está regulada por ley! Lo que no debe de estar regulado por ley
es la forma de celebrar dicha fiesta… que es por donde la cosa empieza a fallar.
Dejando
de lado a los políticos, que se mueven por razones muchas veces incomprensibles
para los humanos normales, hay personas que no se sienten cómodas con la fiesta
debido, principalmente, a las celebraciones y festejos que la rodean. La verdad
es que la forma de celebrarla en la actualidad se parece demasiado a lo que se
hacía en épocas anteriores: mucha presencia militar y poca presencia civil.
¿Quién ha decidido que la mejor forma de celebrar la fiesta nacional es con un
desfile militar? Sacar a soldados, tanques, aviones y armamento vario a la
calle, aunque sea en orden y con mucho colorido, no es forma
Habrá
quien diga que los militares son funcionarios públicos que sirven a España y
que es lógico que tengan presencia en la fiesta de España. Pero también sirven
a España otros funcionarios públicos, no solo los militares. Existen
funcionarios públicos en la enseñanza, en la sanidad, en la administración de
justicia, en la hacienda pública… Y no veo que se prepare ningún desfile con
ellos. No estaría mal, ¿verdad? Funcionarios de todo pelaje desfilando —o,
mejor, paseando— por la avenida principal de la capital y recibiendo la
admiración y el aplauso de los demás ciudadanos. ¿Qué te parece? O si no,
alguna celebración paralela específica para esos funcionarios no-militares, que
son muchos más que los militares. Algo se podrían inventar las autoridades para
que no se quedaran al margen, como es el caso actualmente, ¿no crees?
Se
le hace un flaco favor a la fiesta nacional envolviéndola casi exclusivamente
en ropajes militares. A nadie debería extrañar, pues, que mucha gente se
identifique más con aquello que canta Paco Ibáñez en ‘La mala reputación’:
Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
… que viene a ser la
traducción al español de aquello que cantaba Georges Brassens en ‘La mauvaise réputation’:
Le jour du Quatorze Juillet
Je reste dans mon lit douillet
La musique qui marche au pas
Cela ne me regarde pas
Je reste dans mon lit douillet
La musique qui marche au pas
Cela ne me regarde pas
¿Fiesta
y música? Sí… pero no militar. ¿Estamos?