¿Por qué hay personas que no
saludan? ¿Por qué hay personas que no saludan ni siquiera cuando las saludas tú? ¿Por
qué hay personas que no te devuelven el saludo? ¿Por qué les resulta tan
trabajoso decir hola o adiós o buenos días? ¿Por qué se están perdiendo las
buenas maneras?
Vamos a ver: no quiero que esto suene a rancio o a anticuado; viejuno,
dicen ahora. Lo de las buenas maneras les parecerá cosa del pasado, de un
pasado muy remoto, a las nuevas generaciones. Hubo una época en que se hablaba
de urbanidad, de buenos modales, de buena educación...: diferentes expresiones para
un mismo concepto: respeto, cortesía hacia los demás. Ahora se está perdiendo
poco a poco.
Una vecina, joven, que no te devuelve el saludo cuando coincides
con ella en el portal de casa; un compañero de trabajo, no tan joven, que
responde a tus ‘¡Buenos días!’ apretando los labios, como si temiera dejar
escapar alguna palabra; un matrimonio de vecinos, que de jóvenes ya no tienen
nada, que ni siquiera te miran cuando te los cruzas por la calle; un
recepcionista que agacha la cabeza cuando te ve salir para no responder a tu
‘¡Hasta mañana!’… Ejemplos de una misma actitud incomprensible para mí.
Cuando me ocurre una de estas situaciones, lo primero que se me
ocurre es que probablemente yo tengo la culpa, que seguramente he faltado al
respeto a esas personas en algún momento y que ahora no me acuerdo, que ellos
lo único que hacen es tratarme con la misma falta de respeto con la que yo los
he tratado anteriormente… Pero, a continuación, pienso que no debe de ser eso,
porque me vienen a la cabeza otras situaciones recientes en las que hemos
intercambiado algunas frases o incluso hemos mantenido un diálogo bastante
cercano. Así que, al final, siempre me quedo hecho un lío.
Total, que he llegado a pensar en no volver a saludar a esas
personas, pagarlas con la misma moneda, hacer como si no las viera al cruzarme
con ellas, hacer que sientan esa indiferencia, esa falta de respeto que
muestran a los demás. Sí, lo he llegado a pensar y hasta lo he puesto en
práctica y todo. ¿Y sabes qué pasa? Que solo consigo sentirme mal. Sí, ellas
siguen a su bola, muestran la misma falta de cortesía… y yo me siento mal. De
locos, ¿verdad?
Me temo
que voy a tener que aprender a no saludar... y, sobre todo, aprender a que no
me afecte. Y me temo que me va a costar, pero…