¿Por qué?

¿Por qué?

jueves, 16 de noviembre de 2017

Compra sin tique, compra sin derechos

¿Por qué deberíamos ver con buenos ojos no recibir un tique cuando hacemos la compra? ¿Por qué deberíamos aceptar que no nos lo den? ¿Por qué deberíamos ayudar a las empresas a reducir sus gastos a costa de nuestros derechos? ¿Por qué el medioambiente sigue siendo utilizado como excusa por las empresas para reducir gastos o aumentar ingresos? ¿Por qué caemos en la trampa?


De un tiempo a esta parte, el medioambiente se ha convertido en una excusa para que las empresas mejoren sus cuentas. Con la boca llena de palabras como sostenibilidad, eficiencia, conciencia ecológica y demás, lo que realmente pretenden es tener lleno el bolsillo, más lleno. Su objetivo es siempre el mismo: obtener beneficios. Si la sostenibilidad, la eficiencia, la conciencia ecológica y todo lo demás no sirven para aumentar los ingresos o reducir los gastos, no sirven.

Hace tiempo que empezaron los hoteles con eso de dar la opción al cliente de decidir si le cambiaban o no las toallas; siguieron las empresas de suministros con aquello de no enviar las facturas por correo postal sino por correo electrónico; los bancos, las aseguradoras… Eso sí, todo hecho según la más estricta legalidad, supongo. Todo con el consentimiento del cliente, supongo. Aunque muchas veces el cliente ni siquiera sabe que ha dado su consentimiento, porque ya se encargan las empresas de tener el consentimiento del cliente sin que el cliente se entere de que lo ha dado. Todo muy legal, claro.

No falta mucho ya para que los supermercados se apunten también a ese carro. Algunas cadenas ya están suprimiendo los tiques de compra en algunos de sus establecimientos, otras lo están estudiando. Así que pronto lo veremos en nuestra realidad cotidiana. Y, cuando así sea, ¿cómo haremos para comprobar que lo que nos cobran están bien?; ¿cómo sabremos que no hay errores?; ¿acaso los supermercados ya no cometerán fallos en los precios? Supongo que será eso: a la par que pongan en marcha esta medida de supresión del tique de compra, los supermercados también podrán en marcha otras medidas de extrema seguridad para impedir cualquier error en los precios cobrados. Eso es, sí. Va a ser eso.

¡Qué ilusos somos! Sin un tique en la mano, adiós derecho a reclamar, adiós seguridad del comprador. Sin un tique en la mano, quedamos totalmente en sus manos. ¡Ojo! ¡No nos engañemos!

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